Un Jurado Popular, constituido en la Ilustrísima Audiencia Provincial de Cuenca, absuelve por unanimidad a dos hermanos acusados de asesinar a otro hermano mientras éste dormía.
Tras una extensa investigación policial, años de instrucción, e incluso una exhaustiva y minuciosa reconstrucción de los hechos, finalmente D. Pedro Bermúdez consiguió desmontar la hipótesis del Equipo de Médicos Forenses adscritos al Tribunal, que mantenían la imposibilidad de que el asesinato lo llevase a cabo el padre de la propia víctima, autor confeso de los hechos, y señalaban a los dos hermanos menores del finado como los verdaderos artífices de su muerte.